• ¿Qué métodos se pueden implementar para que los alumnos se conviertan en seres activos, participativos, lectores y productores de textos literarios?
• El primer deber de un maestro de literatura es el de enseñar a degustarla. Promover su lectura, hacer circular textos diversos, poner en alto relieve autores, animar al descubrimiento de los libros más cercanos a los intereses de los aprendices, incitar con exquisito tacto la relectura de las obras clásicas.
• El maestro debe expresar un testimonio real de su propia relación con ese arte o esa materia. Si es el gusto por la literatura el que deseamos propiciar en nuestros estudiantes, debemos dar prueba de ello todos los días y no solo en el aula de clase sino también en espacios que se faciliten.
• Contagiar a nuestros estudiantes de un poema, esto para explicar aquel sentimiento que a la mayoría de ellos les sujeta la garganta o llevarles a clase, a manera natural y propia, un cuento que sugiere con delicadeza, exquisitez, y profundidad, una salida ante la desesperanza o el fracaso.,
• Ejercitar, apreciar y evaluar la lectura en voz alta, ya que este parece ser hoy en día otro relevante para llegar a una mejor didáctica y pedagogía de la literatura. Es urgente que asignemos la lectura, que la lectura en voz alta se convierta en una práctica y necesidad habitual. Además de fomentar la lectura individual, los maestros además de fomentar la lectura debemos practicarla, que sea lectura afinada y adecuada, lectura con tonalidad, gama, con altos y bajos, que llamen la atención, que se vea la emoción del estudiante vista, con pautas y silencios, en fin una buena e interesante lectura que llame el interés y el acorde en los estudiantes.
• Las competencias comunicativas un punto que no se debe descartar y olvidar, así como la dramatización de textos, el reconocimiento del código y la importancia de la lengua. También favorecer el desarrollo de la escucha en nuestros estudiantes, recuperar el sentido de la palabra oral y escrita.
• Enseñar modos y maneras de leer textos literarios, enseñar a los alumnos que la lectura es una práctica social, que responde todo tipo de dudas, mejora nuestro léxico corporal y nos ayuda y aporta a ser mejores personas cada día, así como también enseñar a explorar y profundizar la crítica literaria.
• Representar los géneros literarios y las tipologías textuales, un maestro debe de tener el criterio claro sobre los límites de cada uno de los géneros literarios; lo importante es que el estudiante entienda que hay una intención distinta cuando se escribe lirica dramática o narrativa, debemos hacer las clases con un poco mas de esfuerzo intelectivo, un ejercicio de análisis donde pertenezcan los rasgos distintos y las marcas de identificación a un determinado tema.
• Asegurar y consolidar a los alumnos, las características más notorias de cada género o tipología textual. Así como también mostrarles las cualidades sobresalientes de un género. Así como también afirmar y exponer las obras más importantes ya vistas y de mucho interés tanto para el maestro como para el estudiante, ya sea en formas artísticas como un collage, un bosquejo, o una ilustración el todo es que sea desarrollado el sentido de la creatividad de los alumnos.
• Estudiar, aprender, formar e instruir la narratología, que los maestros de literatura estu diemos, apreciemos y evaluemos la narratología, que es el estudio de los elementos fundamentales de la narración. Aunque tiene una larga tradición anterior, los mayores avances en el campo de la narratología se deben al estructuralismo, que subdividió y clasificó los rasgos principales de toda narración. Ya que este saber nos puede ayudar enormemente a ir trazando al estudiante a una recopilación de recursos o técnicas lúdicas para el logro de su enseñanza y aprendizaje.
• Ofrecer una gama de colores y tonalidades con la cual puedan expresar y convertir dichas emociones que sienten al inspirarse por sus ideas y pensamientos que llevan a cabo al inventar un cuento, una historia algo que sea narrado por ellos mismos. Es necesario mostrarles a nuestros estudiantes, un desarrollo de producción y transformación en donde se tenga en cuenta el talento, el ingenio y la capacidad, la cual se tendría un resultado preciso y esperado por todos.
• Rescatar la unión a la poesía y la enseñanza de la escritura poética, ya que este es un campo que cada día los maestros de literatura están dejando de lado y además en un sitio arrinconado o se podría decir mejor que abandonado, o apenas tocan de manera básica por decirlo ya porque les toca, hoy en día la poesía es el más abandonado de los géneros literarios, debemos de reiniciar y emprender la enseñanza e importancia de la poesía; es muy difícil que un estudiante llegue a conocer y entender la poesía si el maestro no ha hecho ningún empeño por mostrarle el valor de la poesía todo ese mundo que se encuentra en ella.
• la interacción entre los alumnos, por medio de un juego de cartas. Se pueden realizar dos talleres interactivos, y se aplica en los alumnos según cuál sea su contexto crítico.
• Para lograr una buena enseñanza de la literatura en el aula, es necesario proponer a los estudiantes una lectura libre de textos que se caractericen por tener un tema que sea de interés para cada uno de ellos, es decir dar la oportunidad a los estudiantes de escoger la obra sin necesidad de que el profesor imponga un texto en especifico; de esta forma se logra una mayor motivación y afecto hacia la lectura por parte del estudiante.
• Una vez terminado el proceso de la lectura personal del texto se debe pasar a una segunda fase de lectura comentada, es decir cada alumno debe relatar en el aula los siguientes aspectos: la temática que maneja la obra, su experiencia al momento de realizar la lectura y finalmente pasar a la fase tercera donde él y sus compañeros evalúan las enseñanzas o las ideas que quiere transmitir la lectura, bien sea de manera oral o mediante un texto escrito de retroalimentación del texto inicial.
• En consecuencia, es importante fijar el objetivo principal de la literatura como principal herramienta para desarrollar las capacidades comunicativas necesarias para una adecuada interacción social y para la formación integral de los estudiantes. En este orden las obras literarias sirven para complementar la formación lingüística. Además promueven el uso adecuado de la lengua y brindan la oportunidad al estudiante para que pueda tomar una actitud crítica frente a los mensajes provenientes de diferentes fuentes, como los medios de comunicación, para que el mismo sea capaz de analizar la información y determinar si es o no efectiva para su proceso de aprendizaje.
• Trabajar con relatos; pero que tiene grandes ventajas frente a los textos largos porque permite leer obras completas, jugando además con elementos que pueden ser muy llamativos para los alumnos, como la originalidad o el sentido del humor.
• Amplia actualización y síntesis de métodos y propuestas destinados a enseñar lengua y literatura, a través de la creación y la reflexión sobre los usos lingüísticos.
• la creación y disfrute del texto literario.
• Elaborar textos, en verso y en prosa, a partir de los errores ortográficos más difundidos: una manera de divertirse y jugar, recreándose, para superar las faltas de ortografía. Esta versión introduce- sin alterar la intención del original- las equivalencias necesarias para que sea útil en los errores más comunes en la lengua castellana y en la literatura.
• La tendencia actual al constructivismo interactivo implica partir de los conocimientos que el alumno ya ha adquirido e ir construyendo nuevos saberes siempre vinculados con su propia realidad. Es decir, proporcionar a los estudiantes un lugar protagonista en la elaboración de las clases y el propio currículum, solicitando su participación activa y creativa de modo que la asignatura cobrara sentido para ellos y el aprendizaje fuera efectivo y duradero.
• Con la perspectiva de avanzar del concepto tradicional de gramática (aprendizaje de reglas y normas, análisis sintáctico de oraciones sin relación con la lectura y la redacción, ejemplos de ejercitación arbitrarios) al de reflexión sobre los hechos del lenguaje, la intervención de los estudiantes a través de la deducción y el sistema de ensayo y error se ha convertido en una herramienta principal. En lugar de presentar cada noción nueva como un hecho consumado y una verdad inapelable, se ha comenzado a hacerlo bajo la forma de “situación problemática” a resolver entre todos, con la guía docente, sobre la base de experiencias anteriores, en la escuela y fuera de ella. De ese modo los alumnos descubren los usos correctos de los tiempos y modos verbales, las funciones específicas de las partes de la oración, los problemas que provoca la discordancia de género y número o el desorden sintáctico, y otros contenidos del programa, que sólo entonces serán sistematizados, descritos y clasificados.
• elaboración de periódicos escolares y de barrio, o la redacción de dramatizaciones. De ese modo se explica por sí misma la ‘utilidad’ de la asignatura en la formación para la vida social y laboral.
• Mediante juegos, desafíos, debates y otros medios, se demuestra que los errores sintácticos, ortográficos, de puntuación o de dicción, el desconocimiento de acepciones, o la pobreza de vocabulario, más allá de una cuestión de aprobación social, son importantes porque impiden la interpretación de lo que otros quieren trasmitir y dificulta la manifestación de los propios pensamientos, sentimientos, necesidades, deseos y fantasías.
• El conocimiento del ciclo de la comunicación se ha sumado a los temas de estudio. La comprensión de los elementos que lo conforman (emisor, receptor, mensaje, canal, código) se realiza a través de clases teóricas y prácticas, dramatizaciones y juegos. Durante las mismas, se confrontan las posibilidades significativas de las imágenes “mudas”, la música instrumental, el lenguaje de signos y otras formas de lenguaje no verbal (logotipos, expresión corporal, señalización vial, semáforos, alarmas, indicadores sonoros) con las de las palabras. Se realizan “pasajes de código”, proponiendo la realización de ilustraciones para determinados escritos, o la producción de textos para describir determinados dibujos o pinturas.
• Elaborar programas sobre ejes temáticos para abarcar la mayor cantidad posible de variantes sin sobrecargar el currículo y dando tiempo para profundizar exhaustivamente en cada obra. También, en la mayoría de los casos, se han incluido escritos no literarios, como noticias de periódicos, textos publicitarios o las instrucciones de algún aparato, que permiten comparar los niveles del lenguaje o definir el concepto de arte literario desde la experiencia.
• Despertar en los niños y adolescentes el gusto por la lectura y desarrollar en ellos las capacidades necesarias para reflexionar, enriquecer el léxico, interpretar textos, asociar ideas, incorporar nociones, explorar otras realidades y apreciar los valores de belleza y creatividad. La animación a la lectura se ha convertido en una actividad frecuente dentro y fuera de la escuela: en bibliotecas y centros culturales, por ejemplo, con lo que la palabra recupera el drama, uno de los ingredientes propios de la literatura popular. Juglares modernos, sean estos contadores de cuentos o recitadores de poemas, los animadores a la lectura cumplen una función importante en la enseñanza.
• Brindarles instrumentos aplicables a cualquier obra. En la mayor parte de los países, los exámenes son “a libro abierto”, es decir que las respuestas reflejan interpretaciones, preferencias e hipótesis personales de los alumnos y no el breve aprendizaje a través de manuales o guías.
• Aplicación de técnicas de trabajo en equipo, al desarrollo de enfoques humorísticos y lúdicos y a la conexión estrecha con la realidad y las expectativas de los estudiantes. Algunos de los recursos específicos son la recreación de situaciones de humor basado en malentendidos, el descubrimiento en los libros que tratan problemas que interesan a la edad de los estudiantes, la realización de debates colectivos sobre sus temas predilectos (desde fútbol hasta modas, desde romances hasta actualidad, o cualquier otro que se detecte), la aplicación del e-mail al cultivo de amistades epistolares, en fin, con técnicas que vuelvan necesario, entretenido y grato el uso correcto de la literatura.
• Los materiales multimedia, los vídeos, DVD, CD-ROM y juegos electrónicos didácticos, puede convertirse en un verdadero aliado de la enseñanza de la literatura.
• Leer en voz alta los textos, así los estudiantes siguen la lectura para después realizar una puesta en común o una mesa redonda, y hacer comentarios entre todos. También, escribir textos que se relacionen con las lecturas, esto se puede realizar un día por semana, se lleva los trabajos para corregir.
• ¿Cuáles son los planteamientos teóricos de Teresa Colomer?
• Adquisición de símbolos:
• Según Teresa Colomer la literatura infantil puede tener cuatro funciones: Iniciar el acceso a la representación de la realidad: La literatura ofrece imágenes, símbolos. Ej.: el lobo= persona mala; hacer caso a tu madre. Desarrollar el aprendizaje de formas narrativas, poéticas y dramáticas: Ritmo, rima, etc. las ilustraciones juegan un papel importante. Aparecieron hace poco los álbumes ilustrados. Socialización cultural: La literatura infantil nace con ese fin de socializar a los niños. Función lúdica, creativa, liberadora a través de la fantasía.
• Adquisición conciencia de la narrativa:
En el inicio del desarrollo narrativo, los niños y niñas se dan por satisfechos con reconocer y nombrar el contenido de las imágenes y ven las historias en términos de episodios desconectados. Y cuando crecen aumenta su capacidad para establecer nexos casuales entre la acciones y son más capaces de colocar lo que está ocurriendo en las ilustraciones en el interior de un esquema de progreso.
Este avance resulta más fácil para aquellos niños que han oído contar muchos cuentos y que han aprendido a tener en cuenta los acontecimientos de las páginas anteriores para atribuir un sentido a las historias de los libros.
• La ampliación de las experiencias: TEMAS
Los niños y niñas necesitan también un tipo de literatura que extienda su imaginación y sus habilidades perceptivas mas allá de sus límites actuales, de manera que los mejores libros ilustrados son aquellos que establecen un compromiso entre lo que los niños pueden entender solos y lo que pueden comprender a través de un esfuerzo imaginativo que se vea suficientemente compensado.
• La lectura extensiva en la secundaria:
Si las etapas infantil y primaria adoptaron con entusiasmo una práctica literaria que les devolvía una confianza mermada por las exigencias analíticas de las décadas de los sesenta y los setenta, no sucedió lo mismo en la etapa secundaria, en esta la programación de saberes y la propia formación de los docentes ha estado manteniendo a raya hasta ahora la lectura extensiva de obras. Los autores que han rehabilitado la lectura libre de los textos han señalado repetidamente la contradicción existente entre reconocer teóricamente la libertad del lector y controlarla fuertemente en la práctica a través de guías y trabajos de lectura.
• Leer o explicar:
Colocar simplemente en relación a los alumnos con los textos no soluciona el problema de la enseñanza literaria. También es necesario enseñar a pensar y a hablar sobre los textos. La lectura guiada de los textos es la práctica que mejor se ajusta a la autoimagen de la escuela como lugar de formación y ha sido la práctica educativa por excelencia a lo largo de toda la historia de la enseñanza literaria. La focalización del texto y la búsqueda de las formulas de análisis más científicas producidas en la década de los sesenta instituyeron una nueva practica de lectura guiada en las aulas de secundaria. A continuación presentamos los pasos para determinar como objetivo, fijar con precisión lo que el texto dice y el dar razón de cómo lo dice:
La lectura atenta del texto para aclarar su vocabulario y establecer su sentido literal.
La localización del texto en el contexto de la obra de procedencia, en virtud de la solidaridad de las partes respecto del todo.
La determinación del tema a partir de la abstracción y síntesis de todos los elementos argumentales o de otro tipo presentes en el texto.
La determinación de la estructura a través del análisis por apartados de la composición textual.
El análisis de la forma, justificando cada rasgo formal como una exigencia derivada del tema.
La enunciación de una conclusión final que incluya el balance general de la observación realizada a la que puede añadirse una valoración personal del lector analista.
En definitiva, pues, promover la lectura y enseñar a leer son los dos ejes sobre los que discurre la innovación en la enseñanza de la literatura. Dos objetivos que en estos momentos intentan generar formas de articulación estable para una relación que necesariamente es compleja puesto que debe responder a la conexión entre recepción y producción literaria, entre recepción del texto y elaboración del discurso sobre el texto, entre la interpretación y los conocimientos que la hacen posible, entre la educación lingüística y la educación literaria o entre los aspectos lingüísticos y los aspectos culturales que configuran el fenómeno literario.
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